jueves, julio 05, 2007

Los primeros días

A Miguel Gila


Hace unos años tuve una revelación; Una suerte de epifanía: escuché un monólogo de Gila. Allí el ilustre madrileño contaba que cuando nació, su madre no estaba en casa y que tuvo que arreglárselas solo. Menudo problema de mucha gente que no es el mío. Son muchos los hijos de madre ausente y los hijos de mala madre. Pero de esos no soy yo, muy al contrario, a mi madre le quiero mucho, pues es muy buena gente. Sin embargo me dejó pensando en las circunstancias en que yo nací. De pronto quise recordar mis primeros años, esos que se dan antes de aprender el castellano.

La historia que paso a contarles obedece a la más pura verdad y se tratan de mis más íntimos y antiguos recuerdos y sensaciones, sepan entender. La razón de mi demora en publicar es la redacción de esta nota, ni más ni menos: sucede que como son cosas que rondan mi memoria desde cuando era un bébe (la gente fina dice así, “bébe”, como dando una orden al sediento) debí traducirlas del idioma pre alfabético al español. Todo un desafío.

El idioma de los bebes ( el pre alfabético) es complicadísimo: para hablarlo uno debe babearse, gritar, mover los brazos y las piernas a la vez y llorar, llorar mucho. Lo cual no habría sido tan complicado si no hubiera sido por el pequeño detalle de que en casa se preocupaban bastante al verme en esos comportamientos. Imagínense un hombre de barba, joven, pero con barba, sentado frente al ordenador pataleando, cayéndosele la baba, aparentemente sin sentido, durante tanto tiempo.

La mayoría de los que leen estas notas deben haber nacido en ese espanto horroso llamado “década del ochenta”. Así que por ende sabran que, en esos años, aparte de vestirse muy mal, la gente no podía saber tu sexo hasta que nacías, salvo que tuvieras una abuela o tía de esas que con una cadenita y un anillo de oro sabían adivinarlo. Por eso mucha gente tejía escarpines amarillos y te compraban ropa neutra: para no ensartarse. Hay que entender, en ese entonces estaba La Mala (bueno ahora también, que va) y había que hacer mucha economía de los gastos. Por eso mis padres, que trabajaban mucho pero podían gastar poco, había arreglado con la cigüeña que me trajera el seis de enero, cosa que en un mismo regalo pudieran representar mi cumpleaños y mis Reyes.

Se que es difícil enterarse, ahora de grandes, que a los niños los trae la cigüeña. Para mi también fue complicado, y puedo entender que no me quieran creer. Sin embargo, es la más cruda realidad esto que cuento: hube de hacer un gran trabajo de introspección, y no en vano ahora voy a develar esto que los medios ocultan, contándonos cruentas historias de que el niño nace por un lugar tan pequeño. Todo es una historia que seguramente la inventó algún Papa para que la gente tuviera miedo de tener hijos y no tuviera tantas relaciones sexuales.

La suerte estuvo de mi lado. Las cigueñas, como todos los animales saben guiarse solo por la posición del sol en el horizonte, no tienen reloj, y todos los días que precedieron a mi arribo a Buenos Ayres estuvieron nublados. Así fue que el pajarraco, se confundió y me trajo un día antes, dejándome sobre uno de los miles de repollos que los médicos y enfermeras ponen en las terrazas de las maternidades Es todo un sistema, les diré, muy moderno, eh. La cigüeña aterriza pone al bebé dentro del repollo con el nombre de los padres y se marcha. Luego viene una enfermera y lo lleva con los padres. En otros lugares no anda tan bien el asunto: las cigüeñas deben entrar por el hall de entrada y aguardar en la sala de espera hasta que les toque número y venga una enfermera con un repollo o una planta de lechuga, (dependiendo del nivel de la maternidad) lo cual hace todo muy lento, incluso a veces sucede que algunas cigüeñas se van y le dejan el o los bebés a gente extraña…


Pero no las acusen de irresponsables. El problema es que no hay leyes laborales adecuadas para las trabajadoras aves que nos traen al mundo. El sindicato Cigüeñal está lleno de carneros, paradójicamente, y los empleadores las explotan con jornadas de doce horas y con entregas de diez bebés por hora, la cuál se denominan “score de hora / bebé”. Antes por ahí no les exigían tanto pero siempre vivían muy apuradas. Es por eso que la cigüeñas son grandes consumidoras de ansiolíticos y muchas sufren de stress y depresión. Si tienen las patas rojas es por lo mucho que trabajan, no por la pigmentación.

También está el caso de un amigo mío que tuvo que venir en paloma, porque estaban todas las cigueñas desbordadas, a raíz de que las empresas de transporte natal no tomaban más empleados. Pero las palomas son a veces un poco tontas, y la que traía a mi amigo se olvidó de llevarlo con los padres y se lo llevó con ella. Así fue que mi amigo vivió dos años en Plaza Flores comiendo miguitas que le tiraban los viejos y viviendo en un árbol. Incluso se había hecho amigo de unos murciélagos y se metía en los taparrollos de los departamentos cercanos. Será por eso que ahora es el roñoso que es. Así hasta que un día el guarda parque se dio cuenta del error y se lo llevó. “Ya me parecía que no eras paloma, hace dos años que estaba con la duda” dijo el tipo.

Volvamos a mi tema. Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando me llevaron a mi casa fueron las puertas. No las puertas que daban a la calle pero sí ciertas puertas que separaban ambientes, no alcanzaba a entenderlas, es que siendo niño no tenía noción de la privacidad, por eso es que me dejaba sacar fotos desnudo, e incluso que me cambiaran sin decir “che respeten el pudor”. Es más: Cuando mi padre se iba al trabajo yo creía que le bastaba con traspasar la puerta para entrar al otro lugar, como si fuera una suerte de tele transporte. Era una teoría que había construido de ver abrir los armarios, sacar algo y volverlo a cerrar: siempre sacaban algo distinto y en ocasiones ¡metían una cosa y sacaban otra! Había algo de magia ahí! Como el caso del inodoro, que al año de haber llegado, y durante gran parte de mi infancia, me fascinaba porque uno tiraba cosas, bajaba la tapa, apretaba el botón y al rato ¡ya no estaba! Si dejé los pañales fue exactamente por eso, porque no tenían nada de extraordinario, lo que uno dejaba, allí quedaba, más en ese entonces que eran de tela.

Otra cosa que me lsorprendía eran las viejas. Como las primeras personas adultas que yo había visto tenían todos los dientes (o a lo sumo un barbijo), me llamaban la atención esas mujeres mayores que tenían la boca igual que yo, no podía ser… Incluso recuerdo a una señora de una casa de galletitas, que me caía muy bien porque solo tenía los dientes de adelante como Buggs Bunny. Yo la saludaba y me reía y la pobre mujer se emocionaba porque nadie la saludaba, y porque nadie le entraba a comprar. También me sorprendían porque todas me decían las mismas cosas: “Angelito de Dios” “Parece el Niño Dios”, “Qué Angelito!” En fin…

Sin embargo, si tengo que elegir una cosa que me subyugaba en esos días era la diversidad. En la nurserie, éramos todos muy parecidos (salvo el caso de uno que tenía pelos en la cara) y me resultaba increíble que los adultos fueran todos tan distintos. Por eso me gustaba más viajar en colectivo que en el coche. Viajar en bondi era comparable a lo que más tarde significó ir al zoológico. Había miles de caras, que subían y bajaban. El mundo se me revelaba como un lugar lleno de seres extraordinarios, los había muy gordos y muy flacos, gente con cara cómica y gente con cara de Calabró. Señores con unos pelos terribles entre la nariz y la boca. Ojos negros, claros, había africanos, también gente que reía y tenía los dientes amarillos, caras feas que luego aparecían en sueños y me hacían despertar en la madrugada…

Es mentira que los bebés hablan entre ellos, en realidad con los otros bebés nunca te entendés. Por eso cuando sos un recién nacido ni hablás con tus colegas… es que cuando uno nace, como antes decía, nace sin inhibiciones ni preconceptos, y no le interesa pasar por cortado. Aparte tampoco conoces la incomodidad de los ascensores, lo cual es una ventaja… Esa idea que impusieron los de “Mira quién habla”, es una patraña, cuando venís al mundo venís con lo puesto, y decís lo primero que se te ocurre. Con el tiempo más o menos vas armándote un idioma que luego reemplazas por el que hablan tus viejos solo porque te hartas de que no te entiendan. Porque te das cuenta que el día de mañana cuando quieras pedir una pizza te van a traer cualquier cosa menos lo que vos queres. Porque pedir una mamadera y que te traigan un oso de peluche es algo, la verdad, terriblemente frustrante.


Permiso...

24 comentarios:

Anónimo dijo...

PRIMEROOOOOO

ESTO ERA YA LA ABSTINENCIA VIEJO! QUE PACHÓ???? CASI UN MES SIN UNA NOTA???

EXCEPCIONAL COMO SIEMPRE

*La Casalinga* dijo...

Ah! Debe ser tu amigo el que me caga el auto cada vez que estaciono en la Plaza Flores !

Vos estás seguro de que no hablamos cuando somos bebés?
Mmmh...entonces mi papá no me mentía cuando decía que a mí, en vez de una cigüeña, me había traído una cotorra!

Anónimo dijo...

Ja! el recuerdo más viejo que tengo es de cuando tenía un año... y es la imagen del sol entrando x los barrots de la cuna...

Anónimo dijo...

Vale, tu me dices que recuerdas cosas de cuando tenias días, y yo no recuerdo lo que hice ayer... Joder al fina la memoria es como el dinero...

Anónimo dijo...

YO TENÍA UN COMPAÑERO EN EL COLEGIO QUE TENÍA SEIS AÑOS Y HABLABA COMO SI TUVIERA DOS. AL PRINCIPIO PENSE QUE ERA PELOTUDO, PERO NO, TODA LA FAMILIA LE HABLABA ASÍ...

Anónimo dijo...

Noi MAGISTRAL VIEJA!

Anónimo dijo...

TE leo y me digo "este pibe es un groso"... ¿Para cuando el cambio de escudería? ¿Para cuando un blog en Clarín? si Gillespie tiene blog ahí por qué vos no?

En el blog de Mir tenes buena respuesta, que se avive la Herrera de Noble! Vamos Pibe!

Si ya se, yo también tengo que volver con el blog, pero tengo mucho trabajo atrasado!

Anónimo dijo...

Me sumo a los reclamos de Donovan!! Un mes papá dejate de joder! jejeje Igual qué regreso! qué regreso!!

Anónimo dijo...

Esto me mató:

El sindicato Cigüeñal está lleno de carneros, paradójicamente

JAJAJAJAJA MORTAL

Anónimo dijo...

Esto me mató:

El sindicato Cigüeñal está lleno de carneros, paradójicamente

Mortal! jajajajaja

Gasper dijo...

Los recuerdos de la infancia son muy tiernos...
(claro que algunos llegan crudos)

oh quede abazo bebe lino

*La Casalinga* dijo...

Como están las cosas hoy día, no me extrañaría que las cigüeñas anden prendidas en el tráfico de bebés...

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJJA
IN-CREÍBLE

Anónimo dijo...

CHE GASPER QUE TE PASÓ? TUVISTE UNA REGRESIÓN? UN NONISEC A MI DERECHA!

Anónimo dijo...

Noi, te felicito por lo que estas haciendo tanto acá como en el blog de Lalo. Qué mano mi viejo. Lo único, y no te enojes, no dejes de publicar tanto tiempo... De veras, es un consejo sano. Tenes talento, esforzate y mandá un texto por semana dale, la hinchada lo pide!

Anónimo dijo...

Coincido con el Hincha de Newells, nos mataste de hambre, fiera!

daleeee publicate algooooooooo

Anónimo dijo...

Ojo que lo que si debe ser cierto es que los bébes piensan "qué boludo este flaco" cuando te acercas y le decis boludeces y ajó ajó.

guarda con eso

Anónimo dijo...

DE ACUERDO A FULL CON EL HINCHA Y CON CLARA, IGUAL ESTE TEXTO NO ME GUSTÓ TANTO COMO LOS OTROS, PONETE LAS PILASSSS

La srita. Nyx dijo...

Noi, querido, me ha hecho babear de la risa propiamente como un bébe.

Lo de su amigo, que tuvo que venir en paloma y ser criado como tal por los vecinos más sensibles del barrio, es absolutamente conmovedor. Habrá aprendido, digo yo, esa suerte de gargarita que suelen hacer las palomas cuando tienen modorra? Digo, porque algo es algo... roñoso es cualquiera... pero lo de la gargarita no tiene precio.

Anónimo dijo...

Noi tuve que abrir un blog nuevo porque perdi la clave del que venía preparando, para vos y todos tus lectores les dejo mi nuevo sitio...

www.alpanpan.wordpress.com

todo sobre la tele de mierda que tenemos, los libros, política, con mi forma de ver las cosas

Los espero

→FAIRY ♥ KAMI← ® dijo...

Jaaaaaaa! Me encantó!!! Sobretodo esta imagen: "Imagínense un hombre de barba, joven, pero con barba, sentado frente al ordenador pataleando, cayéndosele la baba, aparentemente sin sentido, durante tanto tiempo." Me imagino a la vieja del NOI mirándolo con la vista perdida y pensando: "Dios mío, otra vez NO!". jajajajaja... Buenísimo!!! Un beso grrrrrande... y a ver si nos ponemos las pilas y actualizamos al menos una vez a la semana que sino se nos hace muy largo!!!! Cuídate chiquitín!!!

César Ferri dijo...

Hola Mariano!!!

Aunque tarde (nunca lo es...), valoro tu comentario en mi blog.

Como siempre, ahora que retomé, estás invitado a pasar.

Muchas gracias!!!

César Ferri

Gasper dijo...

Simplemente paso para anunciarte la inauguración de una nueva página...
Sentires y decires
www.sentiresydecires.blogspot.com

Acá intento reflejar por medio de la escritura literaria, las noticias del mundo que me llegan de alguna manera en especial y que me hacen dejar un pálido reflejo de mi interior.

Te espero para mantenernos informados y, sobre todo, para participar.

Que pases un lindo día del amigo
Abrazo amistoso

Dudú dijo...

y que onda las cigueñas con el tema de los radares!
a mi me dejaron un bb rubio de ojos claros, joder!
que ya no se de donde inventar una tia rubia!
ni hablar de los chistes que me hacen con el sodero, que por suerte es bien morocho

yo creo de que francia deberia perder el monopolio de exportacion de bb's, acá seguro empezariamos a traerlos de taiwan, que siempre es mas barato; menos la gente bien, esos los importarian de paises nordicos, talvez algún new-rich grasa traiga de eeuu pero serían los menos, ademas de que vendría de miami y seguro sea 2da seleccion

saludos